Desde nuestra vuelta a casa tras el viaje a África no habíamos tenido muchas oportunidades ni, por qué no decirlo, ganas de hacer otro viaje en moto. Sin embargo, se nos presentó la ocasión de disfrutar de un fin de semana motero.
El motivo era la asamblea del Club GS Trail España, que una vez al año eligen un sitio para que sus socios y también los integrantes del foro se vean las caras y se compartan historietas varias. Esta vez el lugar elegido fue el P.N de Cazorla, Segura y las Villas, un paraíso natural rodeado de miles de hectáreas de olivos, fábrica de nuestro oro líquido, el aceite.
Después de un caluroso y algo aburrido trayecto por la autovía desde Sevilla hasta Linares, el paisaje cambió súbitamente al llegar al pueblo de Cazorla, una bella localidad situada en la ladera de una zona rocosa y sorprendentemente verde, en comparación con el paisaje previo.
Asimismo comenzaron las curvas y por fin pudimos disfrutar de la conducción unos kms antes de llegar al hotel.
A lo largo de la tarde-noche siguieron llegando participantes procedentes de sitios tan distantes como Mallorca, Ibiza, Barcelona, Salamanca o Vitoria, por lo que realmente piensas que son auténticos moteros, a los que no les da miedo hacerse casi 1500 kms en un fin de semana…
El sábado se había programado una ruta por la zona, en la cual pudimos disfrutar de las vistas y de la curvas de esta zona, a la que para muchos fue un descubrimiento debido a la cantidad de agua presente, algo alejado de la idea previa de la provincia de Jaén y del sureste de España.
Otro de los puntos de atención de la reunión fue la presencia al atarceder de familias de jabalíes que se acercan a los restaurantes y a los turistas esperando recibir los restos de comida que les dan una cómoda aunque no muy sana dieta a estos animales ‘salvajes’. Una práctica nada ética para la conservación de la vida natural pero que se convierte sin duda en un espectáculo para los visitantes.
Y tras mucho comer, muchos kilómetros y mucha charla grata y amena, nos fuimos despidiendo el domingo por la mañana después del desayuno para ir deshaciendo el camino.
Todo un fin de semana lleno de gratas experiencias, nuevos colegas verdaderos moteros y moteras y muy buenos recuerdos, todo ello aspectos muy positivos para pensar en apuntarnos a la próxima cita.
Gracias a todos por vuestro recibimiento.