El Sahara Occidental esconde muchas riquezas, y entre ellas están sus hermosas y solitarias playas, dignas de cualquier paraíso vacacional ansiado por todo europeo, y sus recursos pesqueros, uno de los puntos fuertes de la economía de esta zona.
Y el hecho de viajar por tu cuenta y en moto te permite parar y adentrarte en lugares que no están en las rutas turísticas. Gracias a ello nos llamó la atención una especie de urbanización de chabolas asentadas en una zona acantilada con unas espectaculares vistas del atlántico y una luz al atardecer que me hicieron añorar mis veranos en Matalascañas (Huelva).
Una miniciudad de quita y pón creada para la temporada de pesca del calamar y el pulpo, unos 3 meses de intenso y agotador trabajo para ganar entre 2000 y 4000 euros, cantidad que en este país puede significar varios meses de provisiones para una familia. Algunos de estos personajes hablaban 3 o 4 idiomas…
Los ojos fatigados de estos pescadores se sorprendían e iluminaban al contemplar la imagen de dos extraños con nuestras indumentarias moteras propias de habitantes del futuro y nos regalaban saludos y sonrisas mientras posaban orgullosos ante la cámara. Mientras, otros de sus compañeros en la orilla provistos de grandes troncos de madera esperaban a las embarcaciones para sacarlas del mar a usándolos a modo de trabajaderas de un paso de Semana Santa. Una parada en el camino inolvidable.
Si las fotos se pudieran ver más grandes… un beso a ambos y buen viaje!
Buena sugerencia..y ahora que hemos cambiado un poco el sistema y que tenemos una conexión a internet decente lo vamos a intentar. Gracias.